EXTRACTOS DEL TEXTO DE BARBARA TÖPPER FENNEL — GALERIA BARSIKOW BERLIN 1998: Imágenes de la Memoria, (nombre de la serie) alude a imágenes que surgen del recuerdo de la memoria muy personal de una artista latinoamericana que vive en Europa; pero al mismo tiempo es la memoria de pinturas de índole colectiva, memoria de los orígenes culturales de la historia de la humanidad en tiempos de la pre civilización, de arquetipos y ritos primitivos. Las imágenes son recuerdos de lugares y son ellas mismas lugares del recuerdo.”(…)
Estas obras se basan con plena conciencia en una línea de tradición a menudo olvidada en el arte moderno por la constante presión innovativa y la euforia de progreso del vanguardismo en el interior de la modernidad misma, establecida en forma ejemplar por Picasso con relación al arte africano: el trabajo de la memoria se cumple, no para repetir el pasado, sino para apropiárselo e interpretarlo en el contexto del presente.
Es así como en las a primera vista simples y alegres imágenes de esta pintora se revela una cuestión fundamental que ha procurado al os hombres desde el comienzo, esencial para toda cultura, que se planta empero para toda cultura de forma específica: la pregunta “de dónde venimos y para donde vamos”.
Estos cuadros irradian libertad – en toda la densidad de los temas fundamentales que muestran sin embargo una increíble levedad; exhalan alegría, la posibilidad de abordar lúdicamente lo trágico de la vida. Y a la inversa ganan su libertad al exponer la dimensión grafica.
TEXTO DE PIERRE COURCELLES crítico de arte, París, 1998: ¿En qué piensan los pintores? Qué ven ellos (o ellas) ? ¿Qué nos hacen ver ellos o ellas? Que las apariencias que ellos o ellas nos entregan por y en la pintura, son fragmentos de lo que ellos ( o ellas) piensan, ven, dicen, trozos de realidades olvidadas y dolorosas que vienen de lo más remoto de la cultura y de la historia.
La pintura antes de ser objeto de curiosidad y de comercio, es documento para servir a la inteligencia del mundo y de los hombres. Es materia viva arrancada a su historia y uno de los raros medios de pretender la inmortalidad. Es entonces ella, la pintura, aquello que nos mira intensamente, hasta que nos reconozcamos en ella tal como somos tal, como no seremos jamás.